El vitel toné es sinónimo de mesa familiar en Navidad y Año Nuevo y en muchos hogares también se repite al día siguiente. Pero una vez que pasan las fiestas surge la gran duda de cómo conservarlo para que no pierda sabor ni seguridad alimentaria.
Aunque es uno de los platos más queridos, también es uno de los más delicados. Su base de carne fría cubierta con una salsa cremosa, generalmente preparada con mayonesa, crema y huevo, hace que su vida útil en la heladera sea limitada, incluso si se ve bien a simple vista. En condiciones ideales, el vitel toné casero dura entre 48 y 72 horas refrigerado, por lo que lo preparado el 24 de diciembre debería consumirse antes del 27.
Sin embargo, un detalle puede extender su frescura un poco más, especialmente si quedó una buena cantidad lista para disfrutar como “sobras de las Fiestas”.
El truco que marca la diferencia
La clave está en guardar la carne y la salsa por separado. Este simple gesto ayuda a frenar el deterioro de los lácteos y prolonga la textura firme de las fetas. Así, la carne se mantiene en mejor estado, puede conservarse hasta un día más y la salsa se refrigerará sin tanto contacto con el aire, evitando que se oxide o fermente antes de tiempo.
Además, es fundamental usar recipientes herméticos y colocarlos en la zona más fría de la heladera, lejos de la puerta, donde la temperatura varía cada vez que se abre. Otro error frecuente que acorta la vida útil es dejar la fuente sobre la mesa durante horas. Cada minuto a temperatura ambiente acelera el deterioro, por lo que lo ideal es sacarlo al servir y volver a enfriar de inmediato.
Cuándo dejar de comerlo
Incluso dentro del período recomendado, hay señales que obligan a descartarlo:
- olor ácido,
- cambio de color en la salsa,
- carne viscosa o pegajosa,
- salsa separada o con burbujas.
- En platos fríos, la regla es clara: ante la duda, mejor no arriesgarse.
¿Se puede freezar?
Congelar el vitel toné completo no es una buena idea. La salsa pierde textura y sabor al descongelarse. Si se necesita hacerlo, lo más conveniente es guardar solo la carne y preparar la salsa nuevamente al momento de servir.
