A diferencia de lo que muchos creen, hay especies de plantas que parecen hechas para los descuidos, las agendas apretadas y el calor que derrite el asfalto. Empezar con la jardinería suele venir acompañado de entusiasmo, pero también de cierta frustración porque lo que comienza con una maceta flamante y promesas de cuidado termina, muchas veces, en hojas marchitas y dudas existenciales sobre qué salió mal. Falta o exceso de agua, poca luz o cambios bruscos de temperatura son algunos de los grandes enemigos de quienes recién se inician.
Cuáles son las plantas más resistentes al calor y que no necesitan agua
Entre las más resistentes aparece la sansevieria, también conocida como lengua de suegra. Es prácticamente indestructible porque tolera altas temperaturas, sobrevive con poca agua, crece con luz moderada e incluso se mantiene en interiores poco luminosos. Además, su porte estilizado suma un toque moderno y ayuda a purificar el aire, convirtiéndola en una favorita absoluta para quienes quieren empezar sin complicaciones.
Otra aliada de los distraídos es el potus, una trepadora clásica que no pasa de moda. Puede vivir tanto en tierra como en agua, soporta olvidos de riego y se adapta a rincones con abundante luz o a espacios más sombríos. Su capacidad de colgar, trepar y extenderse la vuelve ideal para repisas, estanterías y macetas altas que necesitan verde sin esfuerzo.
La zamioculca completa el podio de las infalibles. Sus hojas brillantes y su crecimiento lento esconden una fortaleza notable, riegos espaciados, poca luz y variaciones de temperatura no la intimidan. Es perfecta para oficinas, departamentos y cualquier ambiente donde el sol llegue con timidez.
Para quienes buscan una estética más desértica, suculentas y cactus siguen siendo opciones indiscutibles. Almacenan agua en sus hojas y tallos, lo que les permite resistir climas calurosos y cuidados ocasionales. Solo piden dos cosas, buena luz y macetas con drenaje. A cambio, ofrecen formas escultóricas y colores que transforman cualquier rincón.
El listado continúa con la pothos neon, la cinta o el ficus elastica, especies que no se quejan fácilmente y acompañan a quienes recién empiezan a armar su propio oasis doméstico. Crecen con paciencia, perdonan los errores y permiten ganar confianza antes de aventurarse con plantas más exigentes.
Incorporar estas variedades no solo embellece el hogar sino que también baja la presión. Permiten disfrutar del verde sin sentirse culpable por cada olvido y, poco a poco, generan un vínculo más relajado con la naturaleza.
