Murió Ernesto Acher, uno de los artistas más singulares de la música argentina, a sus 86 años. El músico había sido integrante de Les Luthiers entre 1971 y 1986, etapa considerada por muchos como la edad de oro del grupo musical.
Según anunciaron sus allegados, el pasado viernes 12 de diciembre de 2025. Fue capaz de derribar fronteras entre géneros y unir la música clásica, el jazz y el humor en una misma obra. Se destacó además como compositor, actor, humorista y multiinstrumentista, con una versatilidad muy poco común en la escena local.
La trayectoria artística de Ernesto Acher
Ernesto Acher, formado como arquitecto, se recibió en 1965, aunque pocos años después su camino quedó definitivamente ligado al proyecto artístico que desarrollaban Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich, Gerardo Masana, Carlos López Puccio y Carlos Núñez Cortés.
Para 1971, su compromiso con Les Luthiers ya era total, primero como reemplazo circunstancial y luego como una de las piezas clave para el grupo. Durante sus años en Les Luthiers, Acher dejó una huella profunda en el grupo.
Fue impulsor de una estructura de trabajo colectiva, promovió el uso de amplificación en los espectáculos en vivo y tuvo un rol central en el desarrollo de la carrera discográfica del conjunto. Su influencia se percibe especialmente en obras atravesadas por el jazz y el folklore, así como en varios de los personajes más recordados de la historia del grupo.
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Su carrera tras salir de Les Luthiers
Tras su salida de Les Luthiers, a fines de 1986, orientó su camino artístico hacia la dirección orquestal y la orquestación. En esa etapa fueron muy recordados sus espectáculos dedicados a la obra de George Gershwin, que desarrolló junto a los pianistas Baby López Furst y Jorge Navarro, donde volvió a poner en diálogo la música académica con el jazz popular.
En 2002 decidió radicarse en Chile. Allí continuó con su actividad artística y se desempeñó como profesor universitario, rol que ocupó durante varios años. Luego de residir en distintas ciudades del país vecino, regresó a la Argentina en 2016, donde vivió hasta su muerte.
Con todo un camino marcado por la creatividad y su estilo del humor, Ernesto Acher deja un legado que trasciende estilos y generaciones en la industria de la música y que ocupa un lugar central en la historia de la música y el humor argentino.
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