El Gobierno informó que en noviembre de 2025 el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit primario de 2,1 billones en pesos y un superávit financiero de 599.954 millones. Con estos números, el Ejecutivo consolidó once meses consecutivos de resultado primario positivo y acumuló, entre enero y noviembre, un superávit primario equivalente a 1,7% del PIB y un superávit financiero cercano al 0,6% del PIB.
Desde el Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, se destacó que el resultado fiscal responde a la continuidad del “ancla fiscal”, definida como uno de los pilares centrales del programa económico. Según el titular del Palacio de Hacienda, el ordenamiento de las cuentas públicas (el ajuste hasta reducir al mínimo al Estado) permitió estabilizar expectativas, reducir la volatilidad macroeconómica y evitar una mayor presión sobre el mercado cambiario y los precios.
Sin embargo, el análisis del resultado fiscal requiere observar de manera diferenciada la evolución del gasto y la dinámica de la recaudación, así como la incidencia de ingresos no recurrentes que influyeron en la comparación interanual.
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Evolución del gasto primario
En noviembre, el gasto primario cayó 14,2% en términos reales en relación con el mismo mes de 2024. La reducción se explica principalmente por el recorte en subsidios económicos, la contención del gasto en transferencias discrecionales y la baja ejecución de partidas de capital.
En el desagregado social, los datos oficiales muestran que:
- Jubilaciones y pensiones contributivas registraron un crecimiento interanual del 5,5%, medido en términos nominales.
- La Asignación Universal para Protección Social aumentó 7,4% interanual.
No obstante, estos incrementos quedaron por debajo de la inflación interanual, lo que implicó una pérdida de poder adquisitivo en términos reales, aun cuando las partidas no fueron recortadas nominalmente.
El crecimiento condicionado
En materia de ingresos, el Gobierno subrayó que la recaudación mostró un crecimiento interanual, aunque aclaró que la comparación estuvo fuertemente condicionada por factores extraordinarios presentes en la base de cálculo del año anterior.
Entre los elementos que influyeron en la dinámica de los recursos se destacan:
- Ingresos no recurrentes registrados en 2024, entre ellos:
- La moratoria impositiva vigente en ese período.
- El corrimiento de vencimientos de anticipos de Ganancias y Bienes Personales correspondientes a personas humanas.
- El Impuesto de Regularización de Activos.
- El Régimen Especial de Ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales.
- Cambios en la estructura tributaria, ya que durante el período analizado se eliminaron o redujeron distintos impuestos, lo que afectó la recaudación estructural de 2025.
Desde Economía señalaron que, al descontar estos factores extraordinarios, la recaudación muestra un desempeño más acotado, especialmente en los tributos ligados al nivel de actividad y al consumo interno, que continúa mostrando señales de debilidad.
El superávit financiero de 599.954 millones de pesos de noviembre contrasta con el resultado de noviembre de 2023, cuando el SPN había registrado un déficit de 754.956 millones, equivalente a cerca de $2,65 billones a precios actualizados.
La mejora interanual se explica por una combinación de factores, según el Gobierno, por reducción del gasto primario en términos reales, menor asistencia del Banco Central al Tesoro, contención del gasto en subsidios y uso de ingresos extraordinarios y recursos transitorios. El pago de intereses de la deuda continuó siendo un factor relevante en la ecuación fiscal, aunque su impacto fue compensado por el resultado primario positivo.
El Gobierno sostiene que el orden fiscal permitió mitigar los efectos del colapso en la demanda de dinero generado por la incertidumbre política y económica. Como respaldo de ese argumento, Economía destacó que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró un crecimiento acumulado del 1,4% entre julio y septiembre, lo que interpretó como una señal incipiente de recuperación. No obstante, distintos analistas advierten que la mejora en los indicadores de actividad todavía es heterogénea y no se traduce de manera uniforme en empleo, salarios ni consumo, lo que también incide en la recaudación futura.
