Dolor en el tango: murió el heredero de una leyenda argentina

El mundo del tango se despide del hijo de una de las máximas leyendas nacionales e internacionales.

27 de diciembre, 2025 | 16.03

El mundo del tango se encuentra de luto tras la muerte de Daniel Piazzolla, hijo de Astor Piazzolla y Dedé Wolff, primera esposa de la leyenda argentina. En febrero de este año, Daniel había cumplido 80 años. En las últimas horas falleció por un efisema pulmonar con el que luchaba desde hace tiempo.

Daniel Piazzolla ocupó un lugar singular dentro de la historia del tango argentino, no solo por ser hijo de Astor Piazzolla, sino por haber formado parte activa de uno de los momentos más audaces y discutidos de su obra. Nacido en Buenos Aires el 28 de febrero de 1945, fruto del matrimonio entre Astor y Dedé Wolff, con quien también tuvieron a Diana, creció inmerso en un entorno creativo que marcaría de manera decisiva su recorrido musical. Sin embargo, su vínculo con la obra paterna no se limitó a una herencia afectiva: fue, ante todo, una experiencia profesional y artística concreta.

El rol de Daniel Piazzolla en el tango y la obra de su padre

Daniel Piazzolla creció viendo cómo el tango se transformaba en un campo de batalla cultural. Cuando a mediados de los setenta Astor decidió profundizar su giro eléctrico, Daniel fue parte de ese núcleo duro que acompañó la apuesta. Desde los sintetizadores y la percusión, integró el Octeto Electrónico, una formación que incomodó a públicos y críticos por igual y que hoy se reconoce como una de las experiencias más adelantadas de la música popular argentina.

Ese período lo formó en una manera muy específica de entender la música: precisión antes que lirismo fácil, riesgo antes que repetición, y una concepción del tango abierta al diálogo con el jazz y otros lenguajes contemporáneos. Con el tiempo, Daniel Piazzolla se convirtió en uno de los conocedores más atentos de ese proceso. Sin buscar protagonismo, asumió la tarea de mantener viva esa parte del legado, lejos de la solemnidad y de las versiones edulcoradas.

Murió Daniel Piazzolla a los 79 años.

Su disco Piazzolla por Piazzolla sintetiza esa postura. No es un homenaje convencional ni una actualización forzada, sino una lectura clara y austera de un repertorio complejo, abordado desde la experiencia directa. Algo similar ocurrió con el concierto que organizó en 1996 en el Teatro Ópera, cuando reunió al Octeto Electrónico con músicos como Chick Corea y Gary Burton.

Lejos de los grandes gestos, Daniel Piazzolla llevó una vida marcada por pasiones simples: River, la música y el sur. Alternó sus días entre Núñez y Villa La Angostura, el lugar que eligió como refugio. Con su muerte, se va alguien que no solo fue testigo de una revolución musical, sino parte activa de ella, y que entendió que cuidar una obra también implica no convertirla en monumento.