La garrapiñada es ese dulce crujiente que te transporta a la mesa dulce navideña o ese post brindis de Año Nuevo. Vas a necesitar solo frutos secos, azúcar y agua para comenzar la preparación. Es un clásico de la repostería sencilla, perfecto para cuando querés algo dulce hecho en casa sin complicaciones.
Esta receta tiene sus raíces en España, pero se adaptó perfectamente a los gustos argentinos. Se convirtió en un infaltable en fiestas, reuniones familiares o como un pequeño antojo personal. Su magia está en la textura: ese contraste entre el fruto seco tostado y la capa de azúcar cristalizada que se quiebra con cada mordisco.
Ingredientes para tu garrapiñada perfecta
La lista es corta y económica, por eso es una receta tan popular. Vas a necesitar:
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200 gramos de frutos secos. Podés usar maní, almendras, nueces o una mezcla de lo que más te guste.
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100 gramos de azúcar blanco común.
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50 ml de agua.
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1 cucharadita de esencia de vainilla (es opcional, pero le da un aroma increíble).
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Una pizca de sal (también opcional, realza todos los sabores).
El paso a paso infalible
El secreto está en remover constantemente hasta que se forme el caramelo. Seguí estos pasos para un resultado perfecto:
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Tostá los frutos secos. En una sartén antiadherente grande, calentá los frutos secos a fuego medio. Removelos por unos minutos hasta que suelten su aroma. Esto potencia su sabor.
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Creá el caramelo. Añadí el azúcar y el agua. También la pizca de sal si la usás. Remové bien para que todo se integre.
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Llegá al punto justo. Seguí cocinando a fuego medio. Verás cómo el agua se evapora y el azúcar forma un caramelo dorado que cubre todos los frutos secos. Es fundamental que no dejes de remover. Es clave para que no se queme.
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Cristalizá el azúcar. Cuando todo esté bien cubierto, bajá el fuego. Seguí revolviendo con paciencia. El azúcar pasará de ser un líquido a cristalizarse, formando esa capa blanca y crujiente característica.
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Dale el toque final. Retirá del fuego y agregá la esencia de vainilla si la elegiste. Revolvé un poco más.
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Enfriá y separá. Volcá todo sobre una bandeja cubierta con papel manteca. Usá una espátula para separar los frutos antes de que se enfríen completamente.
Consejos para que queden increíbles
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Paciencia con el fuego. No uses fuego alto; el azúcar se quema fácilmente y amarga.
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Sartén ideal. Una sartén antiadherente amplia hace que el proceso sea más fácil y que la limpieza después sea rápida.
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Separación rápida. Apenas las volcás en la bandeja, tratá de despegar los frutos que se amontonan. Si se enfrían pegados, después es más difícil.
¿Cómo guardarlas y por cuánto tiempo?
Las podés conservar en un frasco hermético para disfrutar durante la semana. En un lugar seco y fresco, se mantienen crujientes y deliciosas perfectamente por 7 a 10 días. Son un regalo casero excelente: ponelas en un frasco bonito y tenés un presente personalizado y lleno de sabor.
