La provincia de Buenos Aires concentra destinos ideales para desconectar sin recorrer largas distancias. El turismo local gana protagonismo gracias a pueblos con historia, gastronomía regional y paisajes variados. Estas escapadas se consolidan como alternativas perfectas para fines de semana, combinando naturaleza, tradición y propuestas auténticas que fortalecen el turismo de cercanía.
A pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, existen localidades que conservan su identidad y ofrecen experiencias distintas entre sí. Desde pueblos rurales hasta destinos serranos, estas opciones permiten conocer otra cara de la provincia y redescubrir su diversidad cultural y natural.
San Antonio de Areco: tradición y cultura gaucha
Conocida como la “cuna de la tradición”, San Antonio de Areco es una de las localidades más antiguas de la provincia, fundada en 1730. Su identidad está profundamente ligada al mundo gaucho, las estancias rurales y las pulperías históricas. Además, en los alrededores se pueden visitar pequeños pueblos como Vagues, con propuestas gastronómicas, casas de antigüedades y un Centro de Interpretación Ferroviario.
Carlos Keen: gastronomía y vida rural
Carlos Keen es un pequeño pueblo rural a 90 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, con menos de 400 habitantes. Su principal atractivo es la gastronomía, concentrada en apenas cuatro manzanas donde funcionan cerca de 25 restaurantes. El paseo incluye la antigua estación de tren, el granero y un recorrido de artesanos, junto con construcciones que conservan el espíritu del siglo XIX.
Lobos: naturaleza y descanso junto a la laguna
La ciudad de Lobos se destaca por su laguna, ideal para deportes acuáticos y actividades al aire libre. A 100 kilómetros de la capital, también cuenta con una reserva natural con senderos accesibles y un casco histórico con edificios emblemáticos como la Iglesia Nuestra Señora del Carmen y el Palacio Municipal. Es una escapada que combina paisaje y patrimonio urbano.
Tomás Jofré: el clásico polo gastronómico
Tomás Jofré es sinónimo de comida de campo y tranquilidad. Ubicado a unos 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, recibe visitantes que buscan desconectarse y disfrutar de asados, pastas caseras y picadas abundantes. Los fines de semana se suman ferias de artesanías y productos regionales, que refuerzan su perfil de pueblo gastronómico.
Suipacha: la ruta del queso
Suipacha es un destino clave para los amantes de los productos regionales, especialmente los quesos. A 150 kilómetros de la capital, propone un recorrido por establecimientos queseros con visitas guiadas, degustaciones y experiencias rurales. Productores como Fermier, Piedras Blancas e Il Mirtilo forman parte de esta ruta que combina identidad local y saberes artesanales.
Sierra de la Ventana: paisajes serranos
Sierra de la Ventana es una comarca donde la naturaleza ocupa el centro de la escena. A unos 600 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, ofrece opciones de trekking en espacios como el Parque Provincial Ernesto Tornquist y el Cerro Tres Picos. El entorno serrano, único en la provincia, se complementa con pueblos cercanos como Villa de la Ventana.
Uribelarrea: historia y sabores de campo
Fundado en 1890, Uribelarrea conserva calles de tierra, almacenes tradicionales y un fuerte perfil gastronómico. A solo 80 kilómetros de la capital, es elegido para escapadas de fin de semana que combinan ferias de artesanos, visitas a tambos caprinos y bodegas con recorridos guiados. Su atmósfera rural es uno de sus mayores encantos.
