La Navidad está acá, y si bien de manera pagana significa la reunión familiar y los regalos, en términos cristianos su valor va mucho más allá. En esta fecha se celebra el nacimiento del Niño Jesús, a quien dio vida la Virgen María. Sobre esta última, el libro The Lost Mary, escrito por el teórico James Tabor, habría revelado cuál es su verdadera identidad.
Tabor es un arqueólogo y profesor jubilado de judaísmo antiguo y cristianismo primitivo en la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, Estados Unidos, por lo que su palabra cuenta con gran prestigio en lo que respecta a la teología.
El verdadero origen de la Virgen María
Según Tabor, la historia tradicional minimizó el rol de María al enfocarse casi exclusivamente en los liderazgos masculinos, como los de Pedro y Pablo. Sin embargo, los Evangelios dejan pistas de una estructura más familiar de lo que suele admitirse. María fue madre de Santiago, quien lideró la comunidad cristiana de Jerusalén tras la muerte de Jesús, y estaba emparentada con Juan el Bautista. Para el investigador, este entramado muestra que el movimiento de Jesús no fue solo espiritual, sino también doméstico y comunitario.
En ese contexto, María habría funcionado como un punto de estabilidad tras la crucifixión, acompañando a sus hijos y sosteniendo una tradición que aún no era una religión institucionalizada. Tabor advierte que su exclusión posterior no fue casual, sino que, a medida que el cristianismo se expandió y se volvió más universal, el énfasis se desplazó de una familia judía concreta hacia una figura divina desligada de sus raíces históricas.
Otro aspecto polémico de la investigación es la posible ascendencia sacerdotal y real de María. A partir de la genealogía del Evangelio de Lucas, Tabor sugiere que su linaje podría vincularla tanto con el rey David como con Aarón, el primer sumo sacerdote. Aunque este punto es debatido entre especialistas, revela el interés temprano por dotar a Jesús, y, por extensión, a su familia, de una legitimidad religiosa y política.
Más allá de las discusiones académicas, la propuesta de Tabor recupera a María como una mujer judía joven, probablemente viuda, madre de varios hijos y marcada por la represión romana. Desde esa experiencia, su voz, reflejada en textos como el Magnificat, habría influido en el mensaje de justicia social que luego predicó Jesús.
