La ciencia confirmó cuánto tiempo debe durar la siesta

La ciencia confirma que una siesta breve puede mejorar la concentración y el ánimo, mientras que dormir de más durante el día puede afectar el descanso nocturno.

24 de diciembre, 2025 | 15.04

Dormir una siesta suele dividir opiniones ya que para algunos es un placer irrenunciable y para otros una costumbre que arruina el sueño nocturno. Sin embargo, la ciencia lleva años estudiando el impacto real del descanso diurno y hoy hay algunas certezas claras. La respuesta no es un simple sí o no, sino que depende de cuánto dure la siesta, a qué hora se haga y de las características de cada persona.

Según un artículo publicado en la revista Sleep Medicine Reviews, la siesta puede ser una herramienta beneficiosa si se la usa de manera estratégica, pero también puede volverse contraproducente cuando se extiende demasiado o se realiza en un horario inadecuado.

Qué beneficios tiene la siesta, según la ciencia

Las investigaciones coinciden en que las siestas cortas pueden aportar ventajas concretas, sobre todo en contextos de falta de sueño, jornadas largas o alta demanda mental. Entre los principales beneficios documentados se encuentran la mejora del estado de alerta y la concentración, la reducción de la fatiga y la somnolencia diurnas, un mejor rendimiento cognitivo y de la memoria a corto plazo, y un impacto positivo en el estado de ánimo y la regulación emocional.

De acuerdo con Sleep Medicine Reviews, estos efectos se observan con mayor claridad cuando la siesta no supera los 30 minutos, ya que permite descansar sin ingresar en fases profundas del sueño.

Dormir la siesta mejora el ánimo y la concentración.

Cuánto tiene que durar una siesta

La duración es uno de los factores más importantes. La evidencia científica distingue distintos tipos de siesta según el tiempo de descanso:

  • Siesta corta (10 a 30 minutos): es la más recomendada. Ayuda a recuperar energía y foco sin provocar la llamada inercia del sueño, esa sensación de aturdimiento al despertar.
  • Siesta intermedia (30 a 60 minutos): puede favorecer la memoria, pero aumenta el riesgo de despertarse desorientado.
  • Siesta larga (más de 60 o 90 minutos): incluye sueño profundo y REM, lo que suele generar mayor confusión al despertar y puede afectar el descanso nocturno.

Según los estudios analizados por la revista científica, las siestas largas no son aconsejables como hábito, especialmente en personas que padecen insomnio o dificultades para dormir por la noche.

A qué hora conviene dormir la siesta

El horario también es clave. La mayoría de los especialistas coincide en que el mejor momento para una siesta es entre las 13 y las 16 horas, idealmente antes de las 15. Ese rango coincide con una caída natural del nivel de alerta asociada al ritmo circadiano.

Dormir más tarde puede interferir con la presión de sueño nocturno y dificultar conciliar el descanso a la noche. De hecho, Sleep Medicine Reviews advierte que las siestas realizadas después de las 17 se asocian con mayor dificultad para dormir y con un sueño nocturno más fragmentado.