Las lluvias torrenciales inundaron las provincias del sur y el este de España durante el fin de semana. El domingo por la noche una persona murió y dos desaparecieron, mientras el desbordamiento de los cauces de los ríos arrastró coches y motocicletas y las autoridades advertían a los residentes de que permanecieran en sus casas.
En Valencia, donde las mortales inundaciones de octubre del año pasado causaron más de 220 muertos y miles de millones de euros en daños, las autoridades emitieron el domingo por la noche avisos de alerta roja en los teléfonos de los ciudadanos, instándoles a permanecer en el interior y en terrenos altos.
Otras ocho provincias estaban en alerta naranja, advirtiendo a los ciudadanos de graves riesgos para sí mismos o sus bienes y de que estén preparados para un empeoramiento de las condiciones.
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Las fuertes lluvias caídas en Valencia el año pasado pillaron desprevenidas a las autoridades, y muchos culparon a los funcionarios locales y nacionales por advertir a la población del peligro demasiado tarde, lo que acabó provocando la dimisión del líder de la región.
En Málaga, la Guardia Civil encontró el domingo el cadáver de un hombre cuya furgoneta fue arrastrada por el cauce de un río desbordado, según un mensaje publicado en su cuenta de X; un segundo pasajero seguía desaparecido.
Los equipos de emergencia también buscaban en Granada a un joven que fue arrastrado por la corriente cuando intentaba cruzar el cauce de un río en moto, según la agencia estatal de noticias EFE.
En Barcelona, Cataluña, una mujer fue hospitalizada el sábado tras ser golpeada por una farola derribada por vientos de 70 kilómetros por hora, informó a Europa Press la agencia de protección civil del Gobierno regional.
Con información de Reuters
