Qué pasaría con el home office si continúa la reforma laboral: escenarios posibles para el teletrabajo

El Gobierno Nacional sigue adelante con la idea de aprobar la reforma laboral. Además de sumar más horas de trabajo y modificar el régimen de vacaciones y horas extra, también puede impactar directamente en los trabajadores que cumplen su jornada con modalidad home office.

26 de noviembre, 2025 | 10.30

El Gobierno de Javier Milei se prepara para enviar al Congreso un proyecto de Reforma Laboral que promete introducir cambios de fondo en aspectos centrales de la legislación vigente: indemnizaciones, jornada de trabajo, convenios colectivos, paritarias y régimen de vacaciones. Aunque aún no ingresó formalmente al Congreso, el borrador que circula en despachos oficiales ya generó inquietud entre especialistas y sindicatos, especialmente por el capítulo dedicado a quienes trabajan bajo modalidad home office.

Qué propone la Reforma Laboral sobre el home office

Aunque todavía no hay un documento que especifique cómo podría afectar la Reforma Laboral a quienes realizan teletrabajo, las modificaciones ya adelantadas por el Gobierno podrían impactar directamente en este tipo de empleados.

Para dimensionar el alcance de este cambio es necesario revisar qué regula actualmente la Ley de Teletrabajo en Argentina.

Teletrabajo en Argentina: la regulación vigente

La Ley 27.555 establece un marco de protección para quienes desempeñan tareas remotas. Entre sus puntos principales se encuentran:

  • Igualdad de derechos y obligaciones respecto de quienes trabajan de manera presencial.

  • Remuneración equivalente a la que correspondería en modalidad presencial.

  • Derecho a la desconexión digital, que impide al empleador contactar al trabajador fuera de su jornada, salvo excepciones muy puntuales.

  • Prohibición de incentivos que premien la renuncia a la desconexión.

  • Compensación por gastos de conectividad y servicios, exenta de Ganancias.

  • Plenos derechos colectivos y representación sindical, integrados a los centros de trabajo.

  • Obligación del empleador de proveer equipamiento, herramientas, soporte técnico y mantenimiento o, en su defecto, compensar al empleado por el uso de recursos propios.

Este andamiaje busca evitar que el teletrabajo se convierta en un espacio de precarización encubierta y garantizar condiciones equivalentes a las de un puesto presencial.

Cómo cambiaría el panorama con la reforma laboral

De aprobarse, derechos como la desconexión digital, la provisión de herramientas o la voluntariedad de la modalidad podrían quedar sujetos a la discrecionalidad empresarial. En un contexto de inflación, empleo informal y pluriempleo, especialistas advierten que esto podría intensificar la vulnerabilidad de quienes trabajan desde sus hogares.

Otro aspecto a observar es la ampliación de la jornada efectiva. La reforma propone mecanismos como bancos de horas, regímenes especiales y sistemas de compensación que permitirían reorganizar el tiempo de trabajo con menos limitaciones. Aunque estos instrumentos serían de aplicación general, su impacto sobre el teletrabajo podría ser mayor dada la difuminación entre espacio laboral y vida personal.

El riesgo de la “conexión permanente”

Estudios recientes, como el informe de Eurofound de 2022, muestran que la expansión del home office tras la pandemia acentuó fenómenos como la erosión de los límites entre vida y trabajo y la presión por estar disponible de manera continua. La ausencia de un traslado físico al empleo y la facilidad de acceso digital generan jornadas extendidas, fragmentadas y, en muchos casos, más largas que las presenciales.

Si se combinan estas dinámicas con un marco legal que habilite mayor flexibilidad en favor del empleador, especialistas advierten sobre la posibilidad de jornadas de hecho más extensas, menos tiempo de ocio, deterioro del descanso y efectos directos en la salud mental. La hiperconectividad, señalan, ya es un problema comprobado; sin un derecho claro a la desconexión, podría agravarse.

En síntesis, aunque la reforma laboral ya genera preocupación por su impacto general sobre los derechos laborales, el panorama es especialmente delicado para quienes realizan teletrabajo. La eliminación del régimen específico, sumada a un esquema de flexibilidad ampliada, abre la puerta a mayores niveles de precarización en un segmento que ya convive con altos niveles de exigencia e inestabilidad.

Todo quedará finalmente en manos del Congreso, que deberá decidir si la iniciativa avanza, se modifica o es rechazada. Hasta entonces, el futuro del home office en Argentina permanece en un estado de expectativa y alerta.