El cloro podría ser el peor enemigo de tu perro: cómo afecta a la salud de las mascotas que se meten a la pileta

Cuáles son los efectos que puede sufrir un perro por exponerse al cloro o meterse a una pileta con mucha cantidad de este químico.

22 de diciembre, 2025 | 14.09

Durante los meses de calor, las piletas se convierten en uno de los espacios favoritos para compartir tiempo en familia, y muchas veces los perros también participan del plan. Sin embargo, lo que para los humanos es sinónimo de alivio y diversión puede implicar riesgos poco conocidos para la salud de las mascotas si no se toman ciertos recaudos.

El cloro, utilizado para desinfectar el agua y eliminar bacterias, no es tóxico en las concentraciones habituales de una pileta doméstica. Aun así, el contacto repetido o prolongado puede generar efectos adversos en los perros, según advierten veterinarios y estudios científicos recientes.

Cuáles son las consecuencias del cloro en los perros

Uno de los principales problemas del agua clorada es su efecto irritante. La piel, los ojos y las vías respiratorias de los perros son especialmente sensibles, y la exposición frecuente puede provocar picazón, enrojecimiento, lagrimeo o incomodidad general. Estas reacciones suelen intensificarse en razas con piel delicada o con tendencia a alergias.

Otro punto de atención es la ingesta accidental de agua de la pileta. Durante el juego, muchos perros beben sin darse cuenta, lo que puede causar irritación del esófago, náuseas o vómitos. Por eso, los especialistas recomiendan tener siempre a mano agua limpia y fresca, para evitar que el animal recurra al agua tratada.

Investigaciones publicadas en medios especializados en veterinaria analizaron los efectos de la exposición frecuente al agua clorada en distintas razas. Los resultados indican que, en casos de contacto constante y a largo plazo, algunos perros presentan mayor riesgo de desarrollar carcinoma urotelial, un tipo de cáncer de vejiga.

Entre las razas que mostraron mayor predisposición se encuentran los terriers escoceses, los west highland white terrier y los pastores de Shetland. Los científicos aclaran que el riesgo no está asociado a baños ocasionales, sino a exposiciones repetidas durante largos períodos de tiempo.

Cómo reducir los riesgos: consejos al alcance de la mano

Los especialistas coinciden en que nadar de forma ocasional no representa un peligro significativo, siempre que se adopten medidas básicas de cuidado. Entre las principales recomendaciones se encuentran:

  • Enjuagar al perro con agua corriente después de salir de la pileta.

  • Secarlo bien para eliminar restos de cloro del pelaje y la piel.

  • Evitar que beba agua clorada, ofreciendo siempre agua potable.

  • Guardar pastillas y productos de cloro fuera de su alcance, ya que su ingestión puede causar intoxicaciones graves.